No los nombra. Para Diego Turnes son “ellos”, a secas. En las vísperas de los superclásicos veraniegos, el vicepresidente de River ya respira en el aire la coyuntura folclórica. Siempre lo hizo, de hecho: para Turnes la pintoresca atmósfera de antagonismo es inherente a sus raíces. Es que vive en Barracas, a pocas cuadras de la Bombonera. “Yo nací en San Telmo, pero al año de vida me fui para Barracas. Imaginate que tengo miles de anécdotas, siempre viví ahí, por la zona, viste...”, empieza a contarle a Olé . El hincha. Porque... “Yo primero soy hincha de River y después dirigente”, aclara antes de arrancar con la nota.
-¿Y cómo es ser un hincha de River viviendo en territorio de la contra?
-Estoy acostumbrado. ¿Sabés por qué? Vos no tenés idea la cantidad de hinchas de River que hay en La Boca y Barracas, eh, te podés llegar a asombrar. Está lleno. Y te digo más: es impresionante el número de socios que tiene nuestro club en La Boca. Si vas a los padrones de las últimas elecciones, vas a verlo. Andá a caminar un día por el barrio y no vas a poder creer todas las camisetas de River que se ven. Es más, si entrás a la cancha de ellos por Iberlucea vas a ver todas las banderas rojas y blancas colgadas. Te vas a sorprender.
-Y, suena sorprendente.
-No te olvides de que nosotros nacimos primero en ese barrio, eh. Y no sólo pasa en La Boca sino en toda la zona: Barracas, San Telmo, etc. Igual esto es así en todos lados porque el alcance de la pasión por River no tiene límites de barrio, ni de provincias, ni de países. Fijate que cualquier lugar al que viajemos explota de hinchas. Está a la vista quién tiene más hinchas...
-¿Decís que lo de la mitad más uno es demodé?
-Creo que eso es un patentamiento (sic) que ya quedó viejo. A esta altura para mí es claro que los más grande somos nosotros y que tenemos más hinchas.
-Debés tener un montón de historias viviendo donde vivís.
-Sí, infinidad. Me crié en una familia gallina, mis viejos y mi abuelo eran enfermos de River, iba a jugar a la pelota por el barrio con la banda roja. Mirá, yo perdí a mi viejo cuando tenía siete años. Y el recuerdo más lindo que tengo de papá fue cuando en el ‘75, con el Citroen que tenía, salimos a festejar el campeonato por el barrio: él abrió el techo y yo salí por arriba con la bandera. Ibamos a la cancha todos los domingos. (Se le llenan los ojos de lágrimas).
-Te emocionaste.
-Sí, me emociono mucho. Es que, la verdad, me quedan sólo dos recuerdos importantes de mi viejo. Uno es el de los festejos y el otro es del día en el que se me fue adelante mío. Lo más importante es que me regaló ser hincha de River, ponerme la camisetita el día en que nací. Hoy él estaría muy orgulloso viéndome desde arriba y sé que me va a ayudar para salir de este momento difícil...
-Se vienen los dos clásicos de verano, ¿cómo se van a vivir en La Boca?
-No sé, por lo pronto yo voy a viajar a verlos a Chaco y a Mendoza. No me pierdo un partido, y menos uno de ésos. No me los perdía de pibe y ahora menos que menos. Además, si los veo por la tele me pongo demasiado nervioso. Son clásicos y, aunque sean de verano, yo a ellos les quiero ganar hasta a la bolita...
Fuente: Ole
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