jueves, 8 de diciembre de 2011

Así se disfruta una primavera en Buenos Aires

La capital argentina ya se está vistiendo de colores para recibir el verano.


Por estos días, la temperatura en Buenos Aires es agradable, el sol brilla y en las calles es usual ver gente en pantaloneta; a veces, hasta con chanclas. La primavera, que llegó con las flores de color lila de los árboles de jacaranda, atenúa en algo la nostalgia característica de los argentinos y los empuja a los parques. Vea las mejores imágenes de Buenos Aires.

El final del año es una buena época para venir aquí y disfrutar algo de lo que abunda en la capital argentina: tango, barrios auténticos, bares con personalidad y excelente pizza. Y todo, sin tener que abrigarse hasta el cuello.

Calor en Buenos Aires

Con buen clima, las calles son más festivas y coloridas por estos días.

Una buena manera de comenzar a andar por Buenos Aires es hacerlo a los pies del Obelisco, una aguja de 70 metros de altura que se construyó en 1936 para conmemorar los 400 años de fundación de la ciudad.

Este punto del centro de la ciudad, donde se cruzan las avenidas 9 de Julio -que va de norte a sur- y Corrientes -de oriente a occidente-, permanece en ebullición.

Es una especie de Times Square donde se combinan el ruido de los carros y las pantallas brillantes en las fachadas de los edificios, que anuncian publicidad. Por aquí, casi con certeza, pasan los 10 millones de turistas que cada año recibe Buenos Aires.

En Corrientes hay teatros, almacenes de música y librerías que con frecuencia están abiertas casi hasta la madrugada. Haber sido este año capital mundial del libro fue un título merecido.

El clima de finales de primavera hace agradable caminar de noche por esta zona cercana al Obelisco, sin tener que abrigarse mucho, y de día el espectáculo es todavía mejor porque el cielo despejado realza aún más el color lila de las jacarandas, cuyas flores tapizan las aceras.

El Obelisco es el punto de partida ideal para recorrer el centro. A un par de cuadras hacia el norte se encuentra el teatro Colón, que el año pasado fue remodelado, y en dirección al oriente, yendo por Corrientes, está la calle Florida, conocida por su comercio. También, por las construcciones de arquitectura europea que se levantan a lado y lado de la vía, sobre la que las baldosas claras cubren el empedrado original. Al recorrerla es fácil que vengan a la mente esquinas de París o de Madrid. Caminar por Florida exige paciencia, pues la cantidad de peatones que la ocupan es enorme. Por eso, luego de haber visto edificios clásicos como el del centro comercial Galerías Pacífico, una buena manera de hallarse en un ambiente menos turístico es atravesar de nuevo la 9 de Julio y dirigirse a la calle Talcahuano. En el número 937 encontramos una de las mejores pizzerías de la ciudad, El Cuartito, donde desde 1934 se come muy bien, en un ambiente local en el que la mayoría de los comensales son porteños.

El sitio es sencillo, tiene unas 40 mesas y las paredes están forradas con fotos de íconos argentinos, como Gardel y Maradona, pero también de Marilyn Monroe. Es ruidoso, pero la pizza es exquisita.

Delicioso también es comer en El Obrero, un restaurante del barrio de La Boca, en el sur, donde las pastas y las salsas de tomate fresquísimas devuelven la energía luego de una caminata por Caminito.

Allí, en La Boca, las fachadas de los conventillos (inquilinatos donde vivían varias familias), los bailarines de tango y un doble de Maradona que cobra 25 pesos (11.000 colombianos) por dejarse tomar fotos nos despiden de Buenos Aires, una ciudad que con calor tiene más vida.

Fuente: El Tiempo

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