Para un hincha de River, alojarse en el nuevo hotel de Boca Juniors en San Telmo debe ser lo más parecido a pasar una temporada en el infierno, una caverna vaporosa donde Lucifer tiene la cara del Flaco Schiavi, el rústico defensor xeneize. Pero para un fanático de Boca se trata del paraíso; en este edificio de Tacuarí al 200, construido por el arquitecto uruguayo Carlos Ott, las 85 habitaciones respiran pasión azul y oro, desde la alfombra tejida con los colores del equipo hasta los pétalos amarillos desparramados en la bañera. Encima, a partir de junio Román Riquelme y sus muchachos empezarán a concentrarse aquí mismo.
El establecimiento es, según sus dueños -el Grupo Solanas, de la familia Mochón-, el primer hotel temático de fútbol del mundo. Requirió una inversión de 25 millones de dólares (el club se lleva un fee mensual sobre la operación) y es un cinco estrellas de 17 pisos, con un estilo que apunta al diseño y al minimalismo boutique. Todo muy refinado si no fuera porque es el recio Schiavi quien da el mensaje de bienvenida desde el plasma de cada habitación. En la puerta de los cuartos se exhibe la gigantografía de un jugador histórico del club; puede ser Riquelme, Carlos Tévez o el mismísimo Diego Maradona.
No sólo se apunta a un target de hinchas locales que puedan pagar desde US$ 200 la noche (hay una promo hasta junio por US$ 150), sino principalmente a "turistas y clientes corporativos de todo el mundo, atraídos por lo que representa la marca Boca", explicó Daniel Mochón, director del Grupo Solanas. De América latina se esperan visitantes de Colombia, Venezuela y Brasil, mientras que de Europa ya hay reservas desde Alemania, Francia e Inglaterra.
Pese a que se respira pasión xeneize hasta en las almohadas y que las cabeceras de las camas tienen obras de arte alusivas al club, el gerente comercial del emprendimiento, Pablo Veloso, entiende que "la impronta de Boca no te abruma. Por sobre todas las cosas es un hotel muy tecnológico y de diseño", opina. El ejecutivo espera una ocupación del 75% en el primer año y confía en replicar el concepto en otros países. "Ya hay un equipo grande del sur de Brasil que quiere hacer con nosotros su propio alojamiento temático", adelanta.
Hay que decir que los detalles boquenses del hotel están bien pensados (la estética Rafa Di Zeo no tiene cabida entre estas paredes). En la entrada al edificio, la alfombra de bienvenida cambia de aspecto para imitar el césped de la cancha. El efecto se completa con un montaje móvil de papelitos que parecen caer del techo y una sucesión de placas de LCD que muestran la tribuna de la Bombonera en plena ebullición. El establecimiento cuenta con spa, restaurante de cocina fusión (La Boca), salón de convenciones y bar (La Barra). Desde ya, los huéspedes contarán con beneficios especiales vinculados a Boca, como ubicaciones preferenciales en los partidos y acceso a los entrenamientos.
Todo hace pensar que los empleados del hotel son de Boca hasta la médula. Sin embargo, una rápida encuesta en el bar demuestra lo contrario. "Acá son todos de Boca, ¿no?", preguntamos. Pero las risitas sofocadas y miradas cómplices detrás de la barra prueban que no faltan algunas plumas gallináceas infiltradas.
Fuente: La Nacion
Link: http://www.lanacion.com.ar/1468450-la-pesadilla-hotelera-de-un-hincha-de-river
No hay comentarios:
Publicar un comentario