lunes, 20 de octubre de 2014

Postergan desalojo de conventillo en La Boca


En el conventillo viven siete familias y funciona un comedor infantil al que acuden 60 familias del barrio. El desalojo se aplazó hasta diciembre, tal como lo exigían los vecinos.

El viernes último vencía el ultimátum dado por la Justicia a los habitantes del inmueble. Por eso, desde temprano, vecinos se encontraban resistiendo la medida judicial en Bransen 740 junto a organizaciones sociales.

La intención de la propietaria del conventillo era desplazar del lugar a estas familias que desde hace diez años viven allí. La dueña no quería alquilar más. Sin embargo, tras negociaciones entre el oficial de la Justicia, los abogados de la propietaria y el Grupo de Vivienda y Hábitat de La Boca, que representó a los vecinos, se concedió la suspensión de la medida hasta fin de año.

La encargada del comedor “Pancitas llenas, corazón contento” y vecina del conventillo, Marcela Moreno, declaro a Télam: “Nosotros entramos alquilando por inmobiliaria con recibo de sueldo, pero en 2007 la dueña decidió que no quería renovar y nos ordenó que nos fuéramos, pero como no teníamos a dónde ir nos inició acciones legales que avanzaron hasta que hace tres meses nos notificaron del desalojo”.

El abandono obligado de la vivienda parecía inminente. Por eso, cuando finalmente se desplazó la fecha para diciembre, los vecinos festejaban. De esta manera, explican, van a poder realizar la mudanza más tranquilos, con la posibilidad de que los chicos sigan yendo a la misma escuela y no tener que cambiarlos a mitad del año escolar.

¿Desidia o interés económico?

La situación de los habitantes del conventillo es la de muchos en La Boca. Este barrio se convirtió en los últimos años en un punto nodal para el turismo tanto nacional como extranjero. Además, la residencia y comedor que está sobre la calle Bransen se encuentra ubicado estratégicamente frente al estadio de Boca Juniors y del museo del mismo club. El valor de estas tierras es muy alto.

Lo que ocurre en el barrio del xeneize es un ejemplo de cómo el Gobierno de la Ciudad busca reconfigurar el mapa de la Ciudad de Buenos Aires, explotando aquellas áreas potencialmente más rentables. De por sí, esto no tiene nada de malo. Sin embargo, no existe una política de vivienda pública que acompañe este desarrollo inmobiliario.

Más allá de un temporal subsidio de 1800 pesos, no existe por parte del gobierno porteño una política integral que responda a la emergencia habitacional de los sectores populares. Estos últimos terminan siendo expulsados de sus hogares con el fin de aumentar el valor residencial de la zona.

En este sentido, el Grupo de Vivienda y Hábitat de La Boca denuncia que “desde que se aprobó la ley del Distrito de las Artes, a fines de 2012, cientos de familias arraigadas desde hace décadas en La Boca están siendo expulsadas del barrio. El aumento del precio de la tierra y de los alquileres va de la mano de los desalojos y los incendios, cotidianos en conventillos”.

En el gobierno de Mauricio Macri, la balanza se inclina a favor del millonario negocio inmobiliario, en detrimento de los habitantes (siempre provenientes de sectores populares) del lugar. No es irresponsabilidad o desconocimiento, sino decisión política escoger a quién se beneficia y a quién se expulsa.

Ante los hechos del viernes, la organización territorial que nuclea a los vecinos de La Boca informó que el presupuesto destinado a vivienda es el más bajo de la historia, con sólo 0.9% del monto total. A partir de estos datos El Grupo de Vivienda de La Boca denuncia el vaciamiento del Instituto de Vivienda de la Ciudad, organismo encargado de la planificación de edificaciones destinada a los grupos más postergados de Capital Federal.

Fuente: Notas 

Link: http://notas.org.ar/2014/10/13/postergan-desalojo-conventillo-la-boca/

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