La fundación de Boca: cinco soñadores, el barrio y romanticismo

La historia mezcla mitos, leyendas y hechos comprobados. Esos cinco locos que crearon un monstruo sin límites de crecimiento. Y sin límites de sentimiento.

Yrigoyen se sublevaba ante las elecciones fraudulentas que se repetían una y otra vez en el país. Einstein publicaba su Teoría de la Relatividad, Freud exponía su ensayo sobre la Teoría de la Sexualidad. En Argentina nacía el diario La Razón. La inmigración constante hacía de esta tierra un crisol de razas que formaba, de a poco, su identidad como nación.

En este contexto, el fútbol surgía más que como un simple deporte. Se arraigó en la ideosincrasia del argentino expandiéndose de forma exponencial hasta llegar a la gran mayoría de los hogares de 1905. Cinco locos del humilde barrio de La Boca no fueron la excepción. Y soñaron. Y se organizaron.

Esteban Baglietto, Santiago Sana, Alfredo Scarpatti, Teodoro y Juan Antonio Farenagason aquellos ídolos que se los recuerda una vez al año y, quizás, más de uno ni conoce. Ellos fundaron una institución que otros se encargaron de hacer crecer hasta puntos inesperados.

El sábado 1° de abril comenzaron las reuniones. Estos cinco amigos se juntaron en la casa de Baglietto. Intercambiaron ideas, discutieron. Para no molestar a la familia dueña de casa, la historia continuó al día siguiente en la plaza Solís, donde hoy yace un monolito que recuerda este hecho, y, según cuenta la leyenda, el lugar en el que se concretó la fundación. No hay acta, no hay documentos escritos, por lo que el romanticismo surge a raíz de la falta de datos concretos. Años después confirmaron que el día 3 de abril de 1905, lunes por la noche, tras la jornada laboral, Boca Juniors nació en Pinzón 267, en el domicilio de Juan Antonio Farenaga.

El nombre del club lo da el barrio y el "Juniors" nace para darle un toque de distinción británica, algo común de la época. El 21 de abril todo tomaba forma: el primer partido de Boca Juniors fue ante la Asociación de Foot Ball Mariano Moreno. Haciendo una especie de anticipo de lo que sería, posteriormente, su historia, Boca ganó 4-0.

La historia de los colores es algo conocida, pero no deja de perder romanticismo a cada momento que pasa. Los primeros partidos los jugaron con una camisa blanca, de esas que se compraban en el turco de la esquina, a la que Manuela, hermana de los Farenaga, le agregó tiras negras verticales. Dos años más tarde, Boca adoptó el azul y amarillo. Una versión de la historia, que se hizo parte del relato oficial, es que se inspiraron en un barco anclado en el puerto con la bandera sueca. Otra investigación indica que los Jóvenes de La Boca, un antiguo equipo, en el que jugaba Juan Farenaga, utilizaba esos colores.

Fuente: Goal

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