Las iniciativas para revitalizar algunas áreas de la ciudad son bienvenidas, siempre y cuando contemplen el mejoramiento de las condiciones de vida de sus actuales habitantes, pero el Gobierno de la Ciudad no lleva a cabo las políticas sociales necesarias para evitar procesos de desplazamiento de los actuales habitantes del barrio.
En muchos casos hemos visto como a través de la definición de distritos especiales se generan incentivos para la inversión de privados o se fomentan iniciativas que favorecen el desarrollo inmobiliario y/o turístico. El problema que vemos es que en muchos de estos casos si no se impulsan políticas de atención y contención de forma simultánea, se podrían generan presiones sobre las poblaciones más vulnerables.
Un ejemplo de esto es el caso de la Comuna 4 que agrupa los barrios de La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya.
Por ejemplo, la estrategia de emplazar el Centro Cívico en Barracas, junto al desarrollo de un Distrito Gubernamental o el Distrito de las Artes en el barrio de La Boca, generarían un alza del valor de la tierra, lo que pondría en serias dificultades a aquellos cuya seguridad de la tenencia se encuentra hoy en riesgo (o sea aquellos que son inquilinos –formales o informales– o aquellos que no poseen un título de propiedad).
En el barrio de La Boca se encuentra el asentamiento Lamadrid que a pesar de estar en el marco del Acumar que trabaja por el mejoramiento de las condiciones de la cuenca del río Matanza-Riachuelo, no recibe respuestas.
También existen conventillos y hogares de tránsito con un altísimo deterioro y hacinamiento y cuyo programa de rehabilitación presenta un avance muy lento por lo que algunos llevan más de una década esperando ser atendidos por los programas del IVC.
Sin atención del Estado, los que se encuentran en una situación habitacional crítica y que hoy no pueden acceder a una solución adecuada y definitiva, difícilmente vayan a tener otra opción que la gentrificación o dicho de otro modo, el desplazamiento hacia zonas más periféricas.
Este proceso negativo para la zona se genera muchas veces a través de las presiones del mercado y muchas otras veces a través de un desplazamiento físico por medio de desalojos impulsados ya sea por privados o por el propio Estado para la disposición de esos espacios.
El GCBA en sus presentaciones cita del Plan Estratégico Buenos Aires 2016 y el Plan Urbano Ambiental las siguientes premisas: “Integración equitativa de la zona sur” y “…recompesar la zona sur de la ciudad a partir de sus potencialidades para revertir la inequidad social, ambiental y territorial, con una fuerte articulación del estado y los diferentes actores sociales” pero observando las acciones del Poder Ejecutivo en la zona no parecen estar contempladas estas condiciones respecto a la atención de las poblaciones más vulnerables, ni tampoco respecto a la inclusión de los diferentes actores sociales para la materialización de un proyecto común que responda a las verdaderas necesidades del barrio.
Fuente: Diario Z
Link: http://www.diarioz.com.ar/#/los-planes-para-atraer-inversiones-desplazan-a-los-vecinos-si-no-se-apoyan-con-politicas-sociales/
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