jueves, 18 de julio de 2013

Fiesta, fuego y agua retratan la vida del barrio argentino de La Boca


Los incendios, las inundaciones y las fiestas, como las Hogueras de la noche de San Juan, son elementos que definen la historia del emblemático barrio de La Boca, en Buenos Aires, y que a menudo retrataron los artistas que alguna vez se enamoraron de sus casas coloridas y sus aires de tango.

Entre ellos, Benito Quinquela Martín (1890-1977), un pintor que creció en La Boca y cuyo patrimonio se atesora en el museo que lleva su nombre y se sitúa en el corazón de este barrio del sureste de la capital argentina.


Bajo el título “La Boca está de fiesta”, el Museo Quinquela Martín recoge en su última exposición temporal la mirada de distintos artistas que plasmaron en su obra la cotidianeidad del barrio a través de sus celebraciones pero también a través de sus tragedias, como los incendios e inundaciones que cambiaron su fisonomía a lo largo del tiempo.

viernes, 5 de julio de 2013

Paseo de las Artes: el proyecto no contempla a los vecinos


Las iniciativas para revitalizar algunas áreas de la ciudad son bien­venidas, siempre y cuando contemplen el mejoramiento de las condiciones de vida de sus actuales habitantes, pero el Gobierno de la Ciudad no lleva a cabo las políticas sociales necesarias para evitar procesos de desplazamiento de los actuales habitantes del barrio.

En muchos casos hemos visto como a través de la definición de dis­tritos especiales se generan incentivos para la inversión de privados o se fomentan iniciativas que favorecen el desarrollo inmobiliario y/o tu­rístico. El problema que vemos es que en muchos de estos casos si no se impulsan políticas de atención y contención de forma simultánea, se podrían generan presiones sobre las poblaciones más vulnerables.

Un ejemplo de esto es el caso de la Comuna 4 que agrupa los barrios de La Boca, Barracas, Parque Pa­tricios y Nueva Pompeya.

martes, 2 de julio de 2013

Banchero, una pizzería en el corazón de la Boca


Diversas imágenes y referencias al barrio inundan las paredes del tradicional local, un emblema de la zona ubicado en la esquina de Almirante Brown y Suárez

Entrar a Banchero un mediodía cualquiera supone una experiencia temporal particular. La luz entra diagonal por el gran ventanal sobre la calle Suárez, dibujando una línea que simula dividir al local en dos. El local es grande y de una geometría simple, con una gran cantidad de mesas que sirven tanto para el café como para la pizza. A la entrada está el sector para comer de pie, la caja y el mostrador. Los peatones y comensales se amontonan alrededor de la caja para hacer sus pedidos, donde algunos comen al paso mientras que otros se retiran con un par de cajas bajo el brazo. Pero si sobre la ochava y las veredas la ciudad se desarrolla a un ritmo normal, sobre las paredes del fondo del local es la historia del barrio la que pareciera cobijarse y tomar forma.