lunes, 1 de abril de 2013

Obras de arte en peligro: Diez murales de Quinquela están dañados y abandonados

Los especialistas dicen que necesitan restauración “urgente”. Están en el edificio que donó el pintor, en aulas donde funciona una escuela. Desde la Ciudad prometieron avances en los próximos meses.


Parte del patrimonio artístico que Benito Quinquela Martín dejó como herencia en el barrio de La Boca se encuentra abandonado. De los 16 murales que le dan a cada aula de la Escuela N° 9 “Pedro de Mendoza” una identidad y un carácter propio, por lo menos diez están deteriorados, y algunos de gravedad.

Con pintura descascarada, largas grietas y huecos se presentan los imponentes óleos que decoran las paredes de las aulas y representan las escenas del barrio cuando todavía funcionaba como el centro portuario de Buenos Aires. La pintura pálida y descortezada deja al desnudo el material crudo sobre el que se pintaron situaciones como el duro trabajo en los barcos y las conocidas chimeneas de La Boca. La mayoría de ellos se encuentra en aulas donde los chicos reciben clase. Otros están en los espacios comunes, como el auditorio.

A pesar de no ser encargada del mantenimiento de los murales, María de Sabato, la directora del Museo de Bellas Artes “Benito Quinquela Martín” –que se encuentra en el segundo piso del complejo y que también depende del Ministerio de Educación– solicita la “urgente necesidad” de intervenir para la preservación del patrimonio edilicio y cultural presente en la escuela. “Hemos presentado varios proyectos, pero hace ocho años que nos dicen que sí y que no. Y nunca se hace nada”, reveló.

Los alumnos del primario conviven cada día con estas extraordinarias obras, que ocupan paredes enteras, cada una en un aula que lleva el nombre de un artista diferente. “Cambiar de clase cada año significaba, sobre todo, cambiar de mural”, recuerda Eduardo Bucich, ex alumno de la escuela y además presidente del Ateneo de La Boca e hijo del historiador y amigo de Quinquela, Antonio Bucich.

Pero no es la actividad escolar que se desarrolla en las aulas la causa del deterioro. Víctor Fernández, restaurador y curador del museo, explica que “no se debe a la agresión, sino más bien a la variación climática, a la oscilación de la temperatura durante el año y a la luz blanca fluorescente”. Además, el material sobre el cual están pintados es celotex, una lámina de cartón sensible a los agentes atmosféricos, cuya conservación exige una prevención constante.

En algunos óleos, cuyo estado Fernández califica de “muy malo”, la intervención del restaurador correría el riesgo de “falsificar” la obra por el extenso y profundo trabajo de manutención que requieren. Por lo tanto, mientras se siga ignorando la necesidad de restaurarlos y no se empiecen las mejoras, se hace mayor el riesgo de que las obras pierdan su autenticidad.

Consultado por Clarín sobre esta problemática, el subsecretario de Educación porteño, Carlos Regazzoni, afirmó: “Hay una gran inversión para la puesta en valor de la obra de Quinquela en el Museo. Pero la restauración de los murales demanda mucho tiempo. Hay que recordar que es una escuela y que el tipo de material en el que está pintado complica la recuperación”. Regazzoni se comprometió a que en seis meses se realice un significativo avance en la restauración de los óleos.

En el edificio, ubicado frente al Riachuelo, en Pedro de Mendoza 1895, funcionó el taller del pintor boquense. En el tercer piso, donde se exponen muchas de sus obras, todavía se conserva la habitación de Quinquela. Donado por el artista a la Ciudad de Buenos Aires con el fin de que los vecinos y otros visitantes se acercaran a las obras de los pintores argentinos, en el complejo se fueron instalando el Jardín de Infantes N° 6 (hoy Jardín Maternal Quinquela Martín), el Lactario Municipal N° 4, la Escuela de Artes Gráficas, y el Museo –que reúne ochenta obras– y el Teatro La Ribera.

Bucich considera que la separación burocrática entre escuela y museo provoca choques entre las directoras de ambas entidades; y sostiene que esto resulta determinante en las trabas para la restauración de los murales. Además, como el público ajeno a la escuela no puede acceder a las aulas en las que se dictan clases, las obras de arte que están pintadas en ellas quedan vedadas para la mayoría de la gente.

De los murales, solamente cuatro fueron restaurados o se encuentran en buen estado. Los trabajos se realizaron hace unos años y dos fueron recuperados por el equipo de restauración del Museo. Al principio el proyecto incluía la totalidad de las obras, pero el trabajo nunca se terminó de completar y ahí están ahora, deterioradas y en peligro.

Fuente: Clarin

Link: http://www.clarin.com/ciudades/murales-Quinquela-danados-abandonados_0_893310725.html

1 comentario:

  1. Una verdadera lástima.
    He asistido durante toda la primaria a esa escuela y siempre
    pensé que varias generaciones, disfrutarían del arte en sus aulas.
    Roberto.

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