La Fundación X La Boca lanzó un programa para recuperar el Puente Nicolás Avellaneda, que une ese barrio con la Isla Maciel. Se trata del único transbordador que queda en pie de los tres que existieron en la Cuenca Matanza-Riachuelo y dejó de funcionar en la década del ’60. Se prevé reinaugurarlo en mayo de 2014. El proyecto incluye la restauración integral de otros edificios de la Ribera.
Cachalotes de madera, como góndolas venecianas, transportan fuerza de trabajo por un peso y medio y dejan grabado un surco en el aceite. La sombra del monstruo de acero descansa sobre el Riachuelo y es apenas más oscuro que el agua. Es parte de la simbología del crecimiento argentino, como las torres de alta tensión que se erigen, redentoras, en las rutas. O los martillos que extraen crudo de petróleo en la Patagonia. Todo un barrio se abre a los pies de este gigante de 50 metros de altura y toda una ciudad se alimentó por esa boca que hoy se resiste a ser el patio de atrás.
El proyecto fue presentado a Tiempo Argentino por Antolín Magallanes, director ejecutivo de la fundación, quien explicó que el puente “encierra un significado social, cultural e histórico único. Junto a los barrios (La Boca e Isla Maciel), son el testimonio material más completo y representativo de lo que fue el desarrollo portuario en la Ciudad de Buenos Aires”. El plan contempla la revalorización de Isla Maciel como eslabón de un complejo turístico integrado.
En el año 1994, después de estar 50 años en desuso, los vecinos impidieron su desaparición luego de que se ordenara su desarme para venderse como chatarra dado que el puente figuraba como activo remanente cuando se privatizaron los ferrocarriles. Los flamantes legisladores lo blindaron, al reconocer su importancia patrimonial y emblemática para el barrio, y, cinco años después, el Decreto 349/99 fue catalogado Monumento Histórico Nacional, en el marco de la Ley Nº 12.665.
Los fundamentos del proyecto están orientados a resaltar el valor arquitectónico del puente por ser una estructura puramente funcional y un objeto representativo de un período determinado de la historia de la construcción en la Argentina. Otros valores son el urbanístico, dado que el puente se ha convertido en un símbolo dentro de la geografía del Riachuelo y sus alrededores, y el histórico-cultural porque su tipología representa a pasadas formas de movilizarse ya que está diseñado para el uso peatonal, o de carros tirados por caballos, y un uso limitado de automóviles o camiones. El puente es el único transbordador de Sudamérica y uno de los ocho que existen en el mundo. A su vez, está catalogado como bien patrimonial, por de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de la Ciudad, e integra una área protegida (APH).
El proyecto impulsado por la FXLB prevé, además, la puesta en valor de los puertos de los boteros, el destacamento de bomberos voluntarios de La Boca y otros edificios de la costa norte, los frentes de los edificios, la vieja usina de Edesur ubicada al lado del puente. El juez federal que tiene a su cargo el saneamiento de la Cuenca, Luis Armella, ya mandató a Metrogas para que relocalice un gasoducto que hoy atraviesa el Riachuelo amarrado al transbordador. La obra se realizaría en el túnel transbordador hallado hace unos meses. <
Anecdotario
El primer operador del transbordador, Enrique Austofer, cayó al agua por un descuido el día de la inauguración oficial y tuvieron que socorrerlo marineros de la Prefectura.
Durante la construcción, y por un problema con una de las piezas que vaticinó un posible error de diseño, uno de los ingenieros responsables se suicidó arrojándose al río desde la viga superior del puente. Luego demostraron que el error no fue tal.
A finales de la década del ’20, amarró su bote al pie del viejo puente el magnate griego Aristóteles Onassis. En ese momento contaba con sólo 60 dólares en el bolsillo.
Anecdotario
El primer operador del transbordador, Enrique Austofer, cayó al agua por un descuido el día de la inauguración oficial y tuvieron que socorrerlo marineros de la Prefectura.
Durante la construcción, y por un problema con una de las piezas que vaticinó un posible error de diseño, uno de los ingenieros responsables se suicidó arrojándose al río desde la viga superior del puente. Luego demostraron que el error no fue tal.
A finales de la década del ’20, amarró su bote al pie del viejo puente el magnate griego Aristóteles Onassis. En ese momento contaba con sólo 60 dólares en el bolsillo.
También se cree que en 1983 el puente fue visitado por el famoso oceanógrafo francés Jacques Cousteau. El dato no está confirmado.
Visitantes de la época enviaban imágenes del transbordador como postales.
Fuente: Tiempo Argentino
Link: http://tiempo.infonews.com/2012/05/20/sociedad-76154-ya-esta-en-marcha-la-recuperacion-del-transbordador-de-la-boca.php
Visitantes de la época enviaban imágenes del transbordador como postales.
Fuente: Tiempo Argentino
Link: http://tiempo.infonews.com/2012/05/20/sociedad-76154-ya-esta-en-marcha-la-recuperacion-del-transbordador-de-la-boca.php
No hay comentarios:
Publicar un comentario