Jorge Napoleone, dueño del mítico Samovar de Rasputin, es una celebridad no solo para los vecinos del barrio, sino para los amantes del rock y del blues. Por su bar pasaron desde Moris y Pappo hasta Chizzo de La Renga y Pavarotti. Y por su vida, todos los vaivenes de esa porción de tierra junto al Riachuelo que hoy pelea por no perder su identidad.
- Me das un chori?
-No puedo, estas sentado al lado.
-Ya pague y me quede con hambre. Me mataron y me trajeron una milanesa con las papas frias, pero mi viejo queria ir ahi.
El que pide con urgencia es un bonaerense de veintipocos, con camisa a cuadros y jean, que llegó por la mañana a recorrer Caminito, en La Boca. El que responde es Napo, uno de los comerciantes más antiguos de ese pedazo de barrio que en los últimos años se convirtió en un ícono de la Buenos Aires turística, y sabe que no hay que robarle clientes al local de al lado. Pero tiene instalada una pequeña cocina en la puerta del bar, usa gorro blanco y delantal, y lleva unos bigotes estilo mutton chops como Lemmy Kilmister de Motörhead, que son un anzuelo infalible para los que pasan por el Samovar de Rasputín, un bar-restaurante que se hizo mítico en los 90 por su propuesta de "escenario listo". Ahí no tienen precios para desvalijar turistas y la comida corre por cuenta de Napo, que aprendió a cocinar en el conventillo donde nació, a unos metros del Riachuelo.
A 80 años de que el artista donará a La Boca su Escuela-Museo, vecinos ilustres fueron premiados por su aporte desde lo social y solidario.
Juan Carr recibe la distinción de mano de José Palmiotti, Defensor del Turista de la Ciudad de Buenos Aires
Convocados por la Fundación SOS Infantil, contaron sus sueños del Bicentenario. Ante hubo una recorrida por el barrio y hasta se prendieron con canciones patrias los Bomberos Voluntarios.
La Boca tuvo su festejo propio del Bicentenario de la Independencia. Y contó con los chicos del barrio como protagonistas. La idea era que los más jóvenes contarán sus sueños para el Bicentenario, pero terminó siendo una celebración para toda la familia.
Esas imágenes de Quinquela Martín que desde siempre se reproducen sobre este emblemático barrio de Buenos Aires se ven reflejadas a cada paso de las veredas de La Boca, destino ineludible para los visitantes y turistas que llegan a esta ciudad desde todos los puntos del globo.