En los últimos tiempos, el barrio de La Boca fue incorporando nuevos circuitos artísticos en su laberíntica geografía. La Usina del Arte y la Fundación Proa dieron un toque de modernidad que suma al Museo Quinquela Martín y el Teatro de la Ribera.
En este renacer, se produjo otro milagro: la resurrección del viejo Teatro Brown.
Como un ave fénix auriazul, desplegó nuevamente sus alas en el 1375 de la avenida Almirante Brown, a metros del Riachuelo.
En ese mismo lugar se inauguró en 1883 el teatro Dante Alighieri, dedicado a la comedia y a la tragedia italianas. Era una cómoda sala con fachada art nouveau con capacidad para 400 butacas. Fue la primera de la ciudad en contar con iluminación a gas. El Dante Alighieri fue demolido a fines de siglo XIX. En el mismo solar se construyó poco después el Teatro Brown, que cerró a fines de la década del 20. Por su escenario pasaron artistas, mitines políticos, payadores, festivales escolares, exhibiciones de esgrima y proyecciones de cine mudo, una novedad para la época.
“La Boca es un barrio muy particular. A los boquenses no nos gusta salir del barrio, todo lo hacemos acá. Por eso, a mí se me ocurrió que el Teatro Brown tenía que funcionar con gente del barrio”, nos cuenta Lorena del Pilar Chasco, bailarina de tango, vecina e integrante de la cofradía de artistas que hoy tiene a su cargo el Teatro Brown. Lorena llegó al lugar a mediados de 2012, con intenciones de alquilarle el teatro al dueño, Mariano Franco, que lo tuvo funcionando apenas un par de años. Después de aquel cierre en la década del 20, el predio fue bazar, depósito, tienda, astillero, taller mecánico. Pocos vecinos recordaban que alguna vez allí funcionó un cine-teatro.
“Evidentemente al lugar le faltaba identidad, le cambiaron varias veces de nombre; funcionó como milonga, después como ´bailable´ y no sé qué otras cosas más. Sin identidad, el lugar nunca iba a arrancar. Yo notaba que no tenía alma. Un día me decidí y le propuse al dueño alquilárselo… sin tener ni idea de lo que iba hacer. Conocí a dos personas que también estaban interesadas en aIquilar el teatro y finalmente nos pusimos de acuerdo para hacerlo juntos. El público de La Boca es muy virgen en materia teatral, nos hemos sorprendido al ver personas grandes que nunca habían ido a un teatro”, recuerda Lorena.
El teatro se reinauguró en noviembre de 2012 con la comedia Hábito en fuga, con funciones “a la gorra” los viernes y sábados. De a poco, se empezaron a acercar vecinos. También las pequeñas compañías teatrales que funcionan en La Boca comenzaron a usar el lugar como sala de ensayo o para montar sus obras. Como en los años dorados, los artistas locales volvieron a tomar al Teatro Brown como un punto de referencia. En apenas tres años, ya se estrenaron más de un centenar de obras.
“La que recuerdo con más cariño es El puerto de los tachos porque fue la primera obra enteramente escrita y producida aquí con los alumnos de la escuela del Teatro Brown que dirige Rubén Rivas”, dice Lorena, emocionada.
En el Brown funciona la escuela de teatro y los martes a la noche se sirven unos irresistibles fideos de colores, en homenaje a la paleta de San Benito de La Boca, patrono del barrio.
Fuente: Diario Z
Link: http://www.diarioz.com.ar/#/nota/teatro-brown-un-refugio-historico-en-la-boca-42429/
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