Mientras nubes grises pueblan el cielo de La Boca, el suelo se llena de color. El Riachuelo se mueve intranquilo ante las ráfagas de viento, pero la gente no se deja asustar. La calle está llena de pintores. Rojo, azul, verde, amarillo, los adoquines de Pedro de Mendoza al 1800 empiezan a encenderse como Quinquela quería. Ese fue uno de los deseos inconclusos del artista emblemático del barrio: asfalto de colores. Así “ La Boca sería como una inmensa sonrisa junto al Riachuelo”, contó en una nota allá por 1967. Ayer, como homenaje a los 125 años de su nacimiento, que se cumplirán el domingo, el Museo de Bellas Artes de La Boca Benito Quinquela Martín hizo realidad, junto a la comunidad, parte de ese anhelo.
“Quinquela pensaba que el color influye beneficiosamente en la vida de la gente, de la sociedad, y sus intervenciones cromáticas son célebres, desde la calle Caminito hasta el trolebús, su casa, sus muebles, su teléfono”, contó a Clarín Víctor Fernández, director del Museo, con un tarro de pintura azul en la mano. “Nos parecía un deber que la comunidad en pleno le cumpliera un sueño a alguien que tantos le cumplió a su barrio. Acá están presentes bomberos voluntarios de La Boca, organizaciones barriales, artistas y vecinos”, agregó.
Quinquela vivió desde chico en La Boca y fueron las escenas del puerto las que plasmó en sus cuadros, llenos de vitalidad y color. Antes de su muerte en 1977, donó la Escuela, el Museo, el Lactario, el Hospital Odontológico, el Teatro de la Ribera y un jardín de infantes a la comunidad. “Decía que el color le hacía bien al alma. Por ejemplo, en el Hospital Odontológico, las salas están pintadas de colores y los delantales de los médicos tenían que tenerlos porque él decía que así lo chicos lloraban menos”, señaló Sabrina Díaz, curadora del Museo.
Con un tango de fondo que llegaba desde un local cercano, pintaron hasta turistas curiosos que se hacían alguna selfie.
También estaban los chicos de la Fundación SOS Infantil, que se dedica a promover el derecho al juego y que trabaja junto a Boca Juniors para que 450 chicos hagan actividades en el club. “Vine a pintar y festejar el cumpleaños de Quinquela … Para mí, le gustaban los adoquines de tonos brillosos. A mí me encanta así, es más alegre”, dijo Eliana, de once años, que es del barrio y participa del taller de arte que organiza esa entidad.
Jonathan Calleri, delantero del club, se acercó al lugar. “¡Soy de Boca y pinté con él!”, relató Sasha, una nena que vive a pocas cuadras, emocionada. El futbolista se sacó fotos con los chicos y, mientras pintaba, un vecino le gritó: “¡Qué golazo el otro día!”
Para los organizadores, la intervención superó todas las expectativas. “Arrancamos por esto pero vamos por más”, dijo entre risas una de las voluntarias mientras se calzaba guantes para revolver una lata de pintura recién abierta.
Al final, la calle se convirtió en un mosaico multicolor. Es que los sueños de Quinquela siguen alimentando al barrio que se llena de vida y orgullo bajo su figura.
Fuente: Clarín
Link: http://www.clarin.com/ciudades/Ciudad_de_Buenos_Aires-La_Boca-Benito_Quinquela_Martin-homenaje_0_1310869151.html
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