martes, 20 de noviembre de 2012

La Boca, sin lugar para vivir

Un millar de personas marcharon desde el puente transbordador hasta Casa Amarilla para rechazar la ola de desalojos que aflige al barrio y viene de la mano de la valuación de las tierras. Reclaman soluciones habitacionales.


“¡Muertos salimos de La Boca!”, gritó rabiosa una mujer al finalizar la marcha en reclamo de la implementación “inmediata de un plan de viviendas para el barrio”. Unas mil personas en situación habitacional irregular se apostaron ante el cordón de efectivos policiales que custodiaba la entrada del predio de Casa Amarilla y denunciaron que las 195 viviendas que ahí se construyen “no son para los vecinos”. Las organizaciones sociales, gremiales, docentes y de inquilinos partieron del emblemático puente transbordador Nicolás Avellaneda y caminaron a lo largo de diez cuadras por Almirante Brown para repudiar los desalojos que en tres meses sufrieron unas 200 familias y para frenar los once que, dicen, restan concretar. “Queremos que se declare la emergencia habitacional”, reclamaron.

“Macri, La Boca no es tu empresa”, bregaba uno de los tantos carteles de cartón. La crisis habitacional del barrio no es nueva. Los conventillos, tampoco. Sin embargo, un paquete de medidas aprobadas por la Legislatura porteña, como la creación del Distrito de las Artes, que incluye a ese barrio, llevó a que las tierras cotizaran más. Esa, entre otras siete problemáticas, estaba incluida en el petitorio que hoy entregarán en la Legislatura, la Jefatura de Gobierno y la Justicia porteña. “Hay una cantidad inmensa de viviendas ociosas acá, ahora como empiezan a subir, los dueños, que siempre tuvieron vacío el lugar, las quieren vender. Las personas quieren tener un lugar donde vivir”, explicó Lorena Vázquez, de la organización social Aukache, de La Boca.

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Y si River se quedaba en La Boca?

Cómo sería el mapa del fútbol si cada club se hubiese instalado donde tuvo su primera cancha. Los clásicos que se cambiarían. El efecto de la Vuelta a Boedo.


Osvaldo Soriano escribió alguna vez una historia tan inverosímil como emotiva: cuenta el Gordo que una tarde llevó al Carrefour de avenida La Plata al ídolo de su infancia, José Sanfilippo, y que el viejo delantero entre góndolas y changuitos cargados le describió un gol que le había hecho a Roma en un clásico contra Boca.

La descripción es dramática: Sanfilippo le explica a Soriano que recibió la pelota donde ahora hay una pila de frascos de mayonesa, la quiso dominar pero se le fue larga, hasta ese estante lleno de paquetes de arroz, pero al final pudo definir por encima del arquero, justo donde está la línea de cajas. Ahora, en plena época de restitución histórica, cuando el retorno de San Lorenzo al predio donde estaba el Viejo Gasómetro es factible, no sería un disparate imaginar que tal vez algún día Fabián Casas escriba que la gran promesa del club, ese pibe que la rompe desde la novena, hizo su primer gol en el arco que está ubicado donde antes había una góndola llena de bolsas con alimento para mascotas.